Me parece que gran culpa de que el país no avance o que no se vean logros concretos en diversos aspectos es la facilidad con la que se cambian los ministros de Estado.
Analicemos.
La razón más común por la cual suelen interpelar a un ministro es cuando ocurre algún suceso dentro del ámbito de la cartera que dirige salta a la opinión pública, por ejemplo, el ministro de Defensa termina interpelado debido a que hubo una emboscada en el VRAE.
Resultado: 15 días después tenemos otro ministro de Defensa.
Recordemos que los ministros son los encargados de la dirección y gestión de los servicios públicos (art. 119 de la Constitución) por lo que, deberían, al menos, mantener una misma línea de gestión a efecto de poder tener un resultado concreto. Pero esto no se puede dar en el país debido a que, el ministro que entre a tomar la riendas de una cartera inmediatamente después de haber sido el otro expectorado por un escándalo, no podrá -lógico- continuar con los lineamientos trazados por la gestión anterior (porque son precisamente esa línea de acción la que provocó el descuido que concluyó en la expulsión del ministro) Eso resulta entonces en lo que tenemos, una serie de esfuerzo no concatenados que consisten básicamente en tratar de mejorar aquello que hizo que el titular anterior tuviera que dejar el puesto, descuidando lo más importante, el planeamiento a futuro de las políticas de estado y por ende, la posibilidad que alguna de estas alguna vez resulte.
Me llega cuando estoy manejando y escucho en la radio "por alimentos malogrados del PRONAA interpelan al Ministro X"...
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